La historia del monociclo

Teniendo en cuenta que hoy en día el monociclo es algo que está empezando a llamar la atención en todo el mundo ya que es un medio de transporte barato que puede librarte de tener que buscar aparcamiento, de colas interminables y atascos, lo cierto es que convendría saber un poco de dónde proviene el monociclo y cómo se llegó a crear.

Para ello, debemos remitirnos a la invención de la bicicleta pues ambos se crearon casi al mismo tiempo y el monociclo es en realidad un desarrollo de la bicicleta.

En el año 1791 se creó la primera bicicleta (a pesar de que los primeros bocetos datan de 1482 a través del inventor Leonardo Da Vinci). Fue Comte De Sivrac quien desarrolló la bicicleta que, en esa época, se llamaba Clerefiere. Era como un caballo de madera con ruedas, una delantera y otra trasera. El problema es que no contaba con pedales y había que impulsarse con los propios pies con lo que no se alcanzaba ninguna velocidad.

En 1818 el Baron Von Drais mejoró el diseño anterior con un mecanismo llamado Draisine y, años más tarde, en 1839, el escocés Kirikpatrick Macmilla le puse vielas y pedales a la rueda delantera, el inicio de la bicicleta como lo conoces, aunque se llamaba Velocípedo.

En 1966 el inglés James Starley creó la Rueda Alta o la Bicicleta Ordinaria, un diseño que tenía una rueda enorme delantera y otra más pequeña por detrás que fue realmente el antecesor del monociclo como se le conoce ahora. De hecho, fue a finales del siglo XIX cuando, debido a que si se cogía velocidad con esa bicicleta la rueda trasera quedaba levantada y tenías que mantener el equilibrio, es que se creó el primer monociclo con asiento. Poco después comenzaron los primeros diseños de monociclos sin ruedas.

En la actualidad el monociclo ha seguido actualizándose siendo los últimos aquellos que se pueden conducir sin necesidad de pedalear, de manera electrónica, que se pueden llegar a ver ya en algunas ciudad como solución para llegar al trabajo o a otras zonas.